Células madre mesenquimales para enfermedades cardiovasculares

A pesar de los avances en la investigación cardiovascular, la patología cardiaca sigue siendo una de las causas más comunes de morbilidad y mortalidad en el mundo. La terapia basada en células madre ha sido reconocida como una estrategia innovadora para la reparación, regeneración y recuperación funcional del miocardio, de ahí que, una vez superada la fase de investigación animal, la mayoría de los ensayos clínicos destinados a evaluar la seguridad y eficacia de la medicina regenerativa en las enfermedades cardiovasculares se hayan centrado en la angina de pecho, el infarto de miocardio y la miocardiopatía crónica. Aunque las pruebas actuales de beneficios no son concluyentes, los indicios a favor de resultados favorables son cada vez mayores.

En algunos casos, la terapia con células madre puede proporcionar un tratamiento eficaz o una alternativa para enfermedades o trastornos para los que no existe un tratamiento eficaz. Dado que estas células son capaces de dividirse en una amplia gama de linajes y tejidos, pueden utilizarse para tratar diversas enfermedades reparando, sustituyendo y regenerando tejidos.

No está claro cómo actúan las células madre mesenquimales del cordón umbilical sobre el corazón, pero estudios anteriores han demostrado que poseen un efecto antiapoptótico. Los cardiomiocitos inducidos pueden formar discos intercalados con miocitos de las células huésped, creando un sincitio funcional que ayudará a contraer el corazón. Las células madre mesenquimales pueden mejorar la función cardiaca y reducir los daños causados por las enfermedades cardiovasculares, ya que estimulan los mecanismos endógenos de reparación, la regulación de la respuesta inmunitaria, la perfusión tisular y la proliferación de la frecuencia cardiaca residente, mejorando así la función cardiaca y reduciendo la gravedad de los daños.

Angina refractaria

Este síndrome, caracterizado por angina persistente a pesar del tratamiento médico estándar, a menudo no se revasculariza debido a lesiones coronarias difusas o comorbilidades graves.

En 2017, una revisión incluyó 13 estudios clínicos, con 1061 pacientes y 12 meses de seguimiento de media, lo que indica que la terapia celular ha surgido como una herramienta para el manejo de estos pacientes. Aunque los datos disponibles no son concluyentes, los autores concluyen que la terapia basada en células madre podría ser un complemento viable a las opciones de tratamiento convencionales de la angina refractaria, dada la escasez de alternativas terapéuticas.

Hubo una reducción de la mortalidad dos años después de que un meta análisis de 2018, en el que participaron 304 pacientes, mostraba una mejor tolerancia al ejercicio y una menor frecuencia de ataques de angina a los tres, seis y 12 meses. Un metanálisis adicional publicado en marzo de 2019, en el que participaron 526 pacientes monitorizados durante 14 meses, mostró que los pacientes tratados con células madre tenían menos efectos adversos graves, menos muertes, menos ataques de angina y menos medicamentos antianginosos que los tratados con el tratamiento convencional.

Un tercer meta análisis de 2019, con 269 pacientes y 15 meses de seguimiento de media, informa de los siguientes resultados: disminución de la mortalidad por todas las causas, disminución de la frecuencia de angina y aumento del tiempo de ejercicio, sin aumento de las reacciones adversas.

Miocardiopatía (isquémica y no isquémica)

A pesar de un tratamiento médico y quirúrgico óptimo, muchos pacientes con insuficiencia cardíaca sufren un remodelado miocárdico a largo plazo que no les permite restablecer su función ventricular. Esto se debe a que los protocolos de tratamiento actuales no pueden revertir la pérdida de cardiomiocitos debida a la miocardiopatía. Dado que las respuestas inflamatorias se prolongan en el tiempo como mecanismo central en el desarrollo de la insuficiencia cardíaca, era de interés investigar las propiedades antiinflamatorias, antifibróticas e inmunomoduladoras de las células madre en pacientes con miocardiopatía isquémica y no isquémica.

En una revisión de cinco estudios clínicos publicados entre 2017 y 2018, que incluyeron a 605 pacientes, los autores concluyen que la terapia celular es segura, causa efectos inmunomoduladores, mejora la capacidad funcional y añade beneficios clínicos a las terapias estándar. Según ellos, los resultados son prometedores y se recomienda seguir reforzando la evidencia.

Según un meta análisis publicado en mayo de 2019, en el que participaron 20 investigaciones y 1418 pacientes evaluados durante una media de 21 meses, las células madre mejoraron los indicadores de función cardíaca (FEVI y VTSVI), la distancia caminada, la clasificación funcional de la insuficiencia cardíaca, la calidad de vida y la mortalidad en comparación con los controles. Las hospitalizaciones y los acontecimientos adversos graves no fueron diferentes de los del grupo de control.

En una revisión reciente de 9 estudios en los que participaron 612 pacientes con insuficiencia cardíaca, se observó una mejoría de los parámetros clínicos y paraclínicos, evaluados durante una media de 9 meses. Según los autores, las células madre son una terapia eficaz para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, que mejora el pronóstico de los pacientes y su capacidad para hacer ejercicio.

Infarto agudo de miocardio (IAM)

En diferentes estudios, la aplicación de células madre se asoció a un aumento significativo de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) y otras variables indicativas de una mejora de la función ventricular y una modificación del remodelado en pacientes con IAM que recibieron a tiempo una intervención coronaria percutánea (ICP) y medicación convencional. Incluso el injerto de revascularización coronaria con células madre ofrece mayores beneficios. Varios estudios también han demostrado que la administración intravenosa podría ser un método más eficiente y eficaz para tratar el corazón o las arterias coronarias que la aplicación directa, con ventajas logísticas, de seguridad y de coste.

Se ha demostrado que la terapia con células madre es una forma segura de tratar las enfermedades cardiovasculares, ya que muestra un efecto antiapoptótico, una reducción del tamaño de la lesión, una mejora de la función cardiaca mediante la regulación de la respuesta inmunitaria, una perfusión tisular adecuada y la activación de factores de crecimiento.

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